¿Suena mejor que
otros DAWS? Pro Tools y los "estándares" de la industria por Charlie Martínez, técnico de sonido
Considero que Pro Tools es una gran herramienta que funciona muy
bien con sus placas nativas. Empecé a dedicarme a la grabación, mezcla y mastering de músicos y a la composición de música por encargo en el año 2003. Pude armar mi propio estudio en donde grabé a varios referentes de la música popular argentina: como Ignacio Copani, Horacio Fontova, Piero, Cuti Carabajal y Natalia Paratore, la locutora presidencial de Cristina Fernández de Kirchner. A la mayoría de ellos los grabé con Cakewalk Sonar, una herramienta privativa que jamás fue un estándar de nada. Nunca le di importancia a la obsolescencia programada: con Cakewalk trabajé en Windows XP sobre un Pentium 4 con 2 GB de RAM, hasta el año 2013, cuando probé una distribución de Linux que ya no existe o bien se transformó en un paquete de plugins para Debian: Tango Studio. Me interesó tanto que escribí un libro y lo publiqué. Pero entonces no consideré profesionales a las herramientas que incluía, aunque eran prácticas y útiles. La más importante: Rosegarden. Ese año
fue clave: un artista de folley decidió que vendría al estudio con
su propio técnico de grabación. El técnico me pidió que instalara
Pro Tools. En 10 años jamás usé ni necesité Pro Tools, que que toda
sesión se puede exportar como tracks wavs sincronizados que luego se
pueden abrir con cualquier secuenciador. Mezclé discos que
luego fueron masterizados por máximos exponentes de mi país como
Andres Mayo y Ariel Lavigna. Pero el trabajo es sagrado, pensé, y si
es necesario usar Pro Tools y ahora se puede, tendré que adaptarme.
Hasta hace no mucho tiempo Pro Tools era para
los afortunados que tenían placas Digidesign, pero
-comprada por Avid- aquel software comenzó a funcionar -mal-
sobre cualquier placa. Invertí bastante dinero y actualicé
mi computadora a una i7 con 32 GB de ram e instalé Pro Tools. El chico que hacía folley
volvió al estudio y me dijo “Ah, pero no es mac… no estoy
acostumbrado. y agregó "además está en castellano y yo lo uso en inglés”.
Cuando se fue, me di cuenta que cambiándole una opción en las
preferencias Pro Tools se traducía al inglés. Y empecé a
cuestionarme todo este asunto de los “estándares de la industria”. Puedo entender a quienes, cuando el software libre no existía y ni siquiera había otras opciones comerciales, adoptaron Pro Tools: no había fierro suficiente y a menos que tuvieras una interfaz Digidesign los procesadores y la cantidad de memoria disponible y los discos rígidos de la época no alcanzaban a satisfacer la necesidad de recursos de una sesión de grabación. Pero seguir usando Word existiendo por lo menos tres grandes alternativas gratuitas -dos de ellas completamente libres- me resulta, cuanto menos, curioso. Tomarse el trabajo de “crackear” Pro Tools y Microsoft Word o invertir una cantidad de dinero importante en eso, pienso que no sólo es innecesario sino también poco inteligente. Desde el 2013 hasta ahora -y antes de actualizar la PC también- siempre que pude invertí mis ahorros en micrófonos, renovar la consola, en fin, tuve otras prioridades. Por eso, cuando adquirimos la consola para el estudio, priorizamos la cantidad de canales y la calidad de sus preamplificadores, advirtiendo pronto que nos convenía optar por Presonus. Mi experiencia con Pro Tools y la interfaz Presonus Studio Live 16.0.2 y la super computadora antes mencionada no fue buena. Pro Tools ocupaba muchos recursos, tardaba 10 minutos en iniciar y "colgaba" con frecuencia. En cuestión de compatibilidades estas cosas pueden ocurrir, más dentro de un sistema preparado para ser utilizado por la mayor gente posible como lo es Windows, así que no estoy criticando a Pro Tools en si, sólo describo como fue mi experiencia con el equipo del cual dispongo. Entrando en el terreno de los gustos personales, me extrañó que un software con tanta historia y tan "estandarizado" no adoptara aún algunas filosofías de flujos de trabajo modernas. Aún así lo usé y grabé mil cosas con Pro Tools, pero quiero decir que jamás comprendí la ausencia de funciones básicas como armar una carpeta de pistas. Cabe destacar que la versión 10 incluyó la posibilidad de hacer fade in y fade out con el mouse directamente sobre los clips… algo que Cakewalk Sonar ya venía haciendo desde hacía 15 años. No cuestiono a quienes usan Pro Tools y admito que tiene una gran ventaja: apenas cambió su apariencia con los años y en versiones modernas se pueden abrir sesiones antiguas. Creo que si dejé de usar Cakewalk Sonar fue por el cambio drástico en su interfaz gráfica y su incompatibilidad. Pero es bueno saber que para grabar de manera profesional no es necesario usar Pro Tools. El sonido puede variar de una consola a otra, pero en el mundo digital un bit es un bit y Pro Tools no suena mejor ni peor que cualquier otro software. Además, todos se manejan de una forma similar y la curva de aprendizaje y el tiempo de adaptación -por lo que pude comprobar- suele ser rápido. A estas alturas puedo decir que he probado Cubase, Nuendo, Ableton Live, Reaper y actualmente trabajo con Ardour: un software libre, open-source maravilloso que hasta permite abrir sesiones de Pro Tools. Llegué a la conclusión de que un estudio no es más ni menos profesional por usar Pro Tools, sino que profesional es el técnico que conoce bien aquella herramienta que prefiere utilizar. [inicio] [Artículos de sonido] [Artículos de informática]
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