Por qué algunos se resisten a Linux

Por Charlie Martínez

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Por “Linux” me refiero a “GNU/Linux” (pronúnciese “Ñú Linux”). La gran mayoría de la gente suele decir “Linux”.

Cuando algún amigo me pide que le formatee la computadora, porque le anda lenta y llena de virus, por lo general intento convencerlo para que me permita instalar Linux. Entonces, la respuesta suele ser “prefiero Windows, porque es lo que uso... no me voy a acostumbrar a algo tan diferente”.

Todavía mucha cree que comenzar a usar Linux es ingresar en un mundo difícil y desconocido. Distinto. No diferente: muy diferente. Y esto es un mito.

Es más difícil acostumbrarse al menú del televisor nuevo. Pero, al igual que con el televisor, vamos a necesitar un poco de paciencia.

Quiero decir, a la gente en verdad no le importa cambiar a algo distinto. Cree que le importa, pero no. La prueba es que el propio Windows cambia bastante seguido y los usuarios se adaptan y si nos guiamos por los cambios visuales, pasarse de Windows 7 a Windows 10 debería ser más traumático que pasarse a una versión de Linux personalizada para usuarios nuevos.

No quiero ponerme demasiado técnico pero básicamente hay dos modelos de sistemas imperantes: los que utilizan el núcleo NT de Microsoft y todos los demás. Android y los sistemas operativos de Apple se parecen mucho más a Linux que a Windows. De hecho, Android ES un sistema Linux.

Todo el mundo usa Android porque viene pre instalado en la mayoría de los celulares y tablets. Todo el mundo usa Windows porque viene pre instalado en la mayorìa de las PC de escritorio y Notebooks. Pero a la gente le cuesta mucho menos animarse a pasarse a Mac que a Linux, a pesar de que ambos sistemas son muy similares entre sí. Apple y Linux sólidos, estables y eficientes, porque ambos se inspiraron en un gran sistema, superior a Windows, que se llamó Unix.

Entonces, intento convencer a mis amigos de que lo más parecido a tener una Mac... es usar Linux.

El sistema operativo de Mac no es más caro que Linux: es igualmente gratis. No es libre -porque no podemos modificar su código, entre otras cosas- pero es gratis: lo que hace caro a los mac (y los I-Phones) es su hardware.

Utilizar Linux no es tan diferente a usar Windows, hay un periodo -breve- de acostumbramiento y de búsqueda de reemplazo de utilidades que solíamos usar, por otras similares. Pero, en todo caso, usar Linux -en comparación con Windows- supone un cambio idéntico que pasarse a Apple.

Usar Linux, incluso puede ser menos traumático que pasarnos a Mac: porque, a diferencia de Mac, Linux se puede personalizar para parecerse muchísimo al aspecto de Windows.

Seguramente todo lo que un usuario promedio puede hacer en Windows, lo puede hacer en Linux y en Mac. La ventaja de Linux es que podemos instalarlo en cualquier computadora y nos permite disponer de un sistema operativo con soporte, legal y actualizado a perpetuidad. La última versión de Linux siempre será más actual que seguir con alguna versión antigua de Windows, eso es claro. Además, a Linux no le interesa la obsolescencia programada y pronto descubrimos que nuestra máquina del año 2005 sigue teniendo una gran potencia para hacer todo lo que nos gustaba hacer.

En resumen, quienes se resisten al cambio, sepan que si la máquina funciona lenta y está llena de virus las opciones son tres:

  Opción 1:  formatear e instalar un Windows, ya sin soporte, y repetir el proceso una vez al mes (más o menos lo que tardará en ponerse pesada de nuevo).

  Opción 2: comprar una máquina nueva creyendo que la actual quedó obsoleta y utilizar una versión de Windows más actual que va a funcionar bien, pero sólo hasta que la misma deje de tener soporte.

Opción 3: seguir usando nuestra máquina instalando una versión de Linux actual, segura y actualizable y tener un poco de paciencia para aprender a hacer todo lo que hacíamos en Windows -del mismo modo que aprendimos a manejar el televisor nuevo- y olvidarnos  de formatear o renovar nuestro equipo por varios años.

Existe una triste relación entre la informática, el consumo y la publicidad... esto influye en que la gente no se anime a usar Linux. Analizar por qué alguna gente prefiere I-Phone a un smart de otra marca con Android -que seguro hace lo mismo- exced este análisis, pero se relaciona mucho con el rechazo a Linux. Una pena, en verdad.